Quito,     dic (Andes).- En octubre se realizó en Quito la Conferencia de Desarrollo Urbano Sostenible, un evento internacional que se realiza cada 20 años y que fue considerado como el segundo más concurrido de Naciones Unidas, superado solamente por la Cumbre Río­+20, que tuvo lugar en 2012 en Brasil.   

Fueron varios los consensos alcanzados para la nueva Agenda Urbana. Se trata de 175 puntos entre los que se encuentran, no solo el derecho a la ciudad, sino la necesidad de tomar acciones entre autoridades locales y gobiernos nacionales para combatir la pobreza y los asentamientos humanos irregulares; buscar la sostenibilidad de las ciudades y que sean resilientes es decir, puedan resistir, adaptarse  y recuperarse ante los desastres naturales.

Entre otros puntos que se contemplan están el desarrollo económico, cultural, social y la protección ambiental para un desarrollo urbano sostenible, disminuir inequidades, combatir el hambre y la desnutrición, y los desafíos de construir infraestructura, servicios básicos, seguridad alimentaria, salud, educación y trabajos decentes con inclusión.  Estos consensos serán cumplidos y ejecutados por los 193 países que integran el sistema de Nacionales Unidas.

Joan Clos, secretario Ejecutivo de Hábitat III en la ceremonia de clausura manifestó que la nueva agenda urbana “es una agenda ambiciosa, que tiene el objetivo de marcar el camino para hacer que ciudades y asentamientos urbanos sean más inclusivos y asegurar que todos puedan beneficiarse de la urbanización dando particular atención a aquellos en situación de vulnerabilidad”.

Clos aseguró que se considera que crecerá la población que vive en ciudades, mientras en la actualidad 3.500 millones de personas (55% de la población mundial) viven en el área urbana, y al 2050 se estima que la cifra alcanzará 7.000 millones de personas y que por ello deben acceder a vivienda de calidad.

A criterio de Fernando Carrión, docente y urbanista y quien organizó el evento Hábitat III Alternativo, las ciudades del futuro deben ser más inclusivas y los gobiernos locales deben fortalecerse y lograr un equilibrio con los gobiernos nacionales.

“Se necesita un estado central, que tenga unas regulaciones específicas sobre el suelo, el territorio y la planificación, pero por otro lado, necesitamos que las sociedades locales  representen sus propias comunidades políticas, esto es los municipios” puntualizó Carrión.

Analizó el concepto de derecho de ciudad como un aspecto que implica que toda la población tenga el derecho a infraestructura, tener agua potable, energía eléctrica, “porque desgraciadamente hay unas brechas sociales bastante fuertes, en ese sentido,”.

Diversidad de etnias y nacionalidades llenaron Hábitat III, 45.000 participaron. Foto: Micaela Ayala/Andes

El derecho a una vivienda fue uno de los ejes de Hábitat III

El punto 13 del acuerdo de Hábitat III señala la función social y ambiental de la tierra, y garantizar el derecho a una vivienda digna como un componente del estándar de vida y que debe ser de acceso universal.